Semana 4 CUARTO PILAR: FACILITADOR PROFESIONAL

            FACILITADOR PROFESIONAL 

En estos momentos hemos llegado al cuarto pilar que establece la metodología ¨aula invertida¨, que se enfoca al facilitador profesional, la figura del docente dentro y fuera del aula.

Para poder entender este pilar, pongamos al docente como principal facilitador del proceso educativo, con esta descripción podemos pensar en un modelo tradicional, donde la figura que destaca y tiene el poder en el aula es el docente. 

Sin embargo esto no es así, en el modelo de aula invertida, retoma su protagonismo, no como ente principal, si no como aquel facilitador comprometido y preparado dentro del contexto educativo. 

Los tiempos cambian al igual que los estilos o formas en las que aprenden los alumnos, ya hablabamos en el pilar numero 2, cultura del aprendizaje donde la adaptación a los cambios, estilos y formas de aprenizaje de los estudiantes de acuerdo al momento en el que se vive.

Por lo que, hablar de un facilitador profesional consiste en explicar que es un docente cercano a sus estudiantes, que constantemente aporta realimentación relevante inmediatamente y evaluando su trabajo, no solo es receptor de las actividades, sino permite ese proceso ciclico entre alumnos-docentes y vicersa.

Es quien permite la reflexión constante sobre su desempeño, busca actualizarse y ser evaluado por otros compañeros, abierto totalmente a la crítica constructiva. Su principal herramienta o habilidad que desarrolla es la observación, que le permite detectar y recopilar información de los alumnos.

Un profesional que facilita un contedido dirigido y creativo (pilar numero 3)  de acuerdo a las necesidades del grupo y de estudiante a nivel individual.

Hoy en día hay un cruce de generaciones con la que se trabaja, donde unos tienen un fuerte dominio de la tecnología, otros arrastran una educación tradicionalista (ya quedan menos), con diversas habilidades desarrolladas, por lo que se debe ser profesional en el aspecto de planear, diseñar y ejecutar actividades que invulucren a cada uno de los participantes en el proceso enseñanza aprendizaje. 

La parte escencial entonces es la constate preparación del docente para no quedar obsoleto de las necesidades que requieran las generaciones actuales. 

Es justamente lo que este cuarto pilar nos explica, el profesionalismo se va a manifestar tanto dentro como fuera del aula . 

Por lo que, la invitación recuerrente es a prepararse, documentarse, implementar lo aprendido  y siempre estar inovando, esa puede ser una formula del éxito en la docencia, que solo faltaría una pizca de apertura de ideas, creatividad y amor por lo que hacemos.